ATM

Tratamiento de la articulación temporo mandibular

La articulación temporomandibular (abreviada como “ATM”) actúa como una bisagra deslizante que conecta la mandíbula con al parte lateral de la cabeza. Existen dos articulaciones apareadas, una a cada lado de la cabeza, localizadas justo en frente de los oídos.

 

Si la articulación temporomandibular funciona adecuadamente, permite hablar, masticar y bostezar. Es una articulación muy necesaria y altamente empleada en nuestra vida diaria.

 

Cada articulación está compuesta por un disco cartilaginoso, músculos, ligamentos, vasos sanguíneos, nervios cercanos y, por supuesto, los dientes.

 

Cuando la articulación no funciona correctamente, puede dar lugar a algunos trastornos bastante molestos y dolorosos. 

Trastornos de la ATM

Los trastornos de la ATM son alteraciones que pueden provocar dolor y disfunción en la articulación y en los músculos que controlan el movimiento de la mandíbula. Son más frecuentes entre las mujeres con 20 años o 40-50 años.

Existen tres tipos de alteraciones:

  • Dolor Miofascial: Puede aparecer en pacientes con una articulación temporomandibular normal. El síndrome es causado por tensión, cansancio o espasmos en los músculos masticadores, provoca dolor en los músculos que controlan la mandíbula y, a menudo, produce anomalías en la movilidad mandibular.
  • Asimetría interna: Es la forma más común de alteración articular. Está causada por un disco desplazado, una mala alineación, una mandíbula dislocada o lesiones de cóndilo. Los síntomas más frecuentes son dolor articular localizado y chasquidos al mover la articulación.
  • Alteraciones degenerativas e inflamatorias

Orígen de los trastornos

¿Cuáles son las causas?
  • Desórdenes congénitos y del desarrollo: dan lugar a aplasias, hipoplasia e hiperlasia.

  • Maloclusiones: si alteramos el equilibrio de la oclusión se puede ver afectado el cartílago de la articulación temporomandibular, dando lugar a problemas musculares, dolores de cabeza y, con el tiempo, disfunciones mandibulares.

  • Desarreglo del complejo cóndilo-disco: conlleva alteraciones anatómicas, condilares, desplazamiento anterior del disco y dislocaciones del disco.

  • Enfermedades metabólicas

  • Infecciones

  • Subluxación condilar: es una dislocación con o sin desplazamiento de disco debido a la laxitud y debilidad de los ligamientos. Puede estar provocado por una apertura bucal excesiva y sostenida en el tiempo. Produce dolor y dificultad a la hora de cerrar la boca.

  • Patologías neurológicas

  • Desórdenes musculares: provocan dolor miofascial, miositis, espasmos y contracturas.

  • Pérdidas dentales: con la pérdida de piezas dentales, el hueso maxilofacial empieza a perder hueso. Eso, a largo plazo, puede dar lugar a problemas articulares. 

  • Traumatismos: debido a un traumatismo pueden aparecer fracturas, desgarros o roturas en la articulación.

  • Neoplasias

  • Osteoartritis

  • Adherencias disco-condilar y disco-fosa

  • Anquilosis: es la pérdida de movimiento articular a causa de la fusión de los huesos que se insertan en la articulación o debido a la calcificación (depósito de calcio en los tejidos) de los ligamientos que la rodean. En la mayoría de veces, la anquilosis aparece a consecuencia de una lesión o una infección, pero puede estar presente de nacimiento o ser consecuencia de la artritis reumatoide.

  • Sobrecarga física

  • Desórdenes inflamatorios: pueden producir capsulitis y sinovitis en la articulación

  • Estrés o depresión: pueden causar efectos físicos sobre la estructura alrededor de la articulación, dando lugar al rechinamiento de los dientes (también conocido como bruxismo).

Sintomatología

¿Cuáles son los síntomas?

En las personas con disfunción temporomandibular, los problemas en la articulación y los músculos que la rodean pueden causarles síntomas, tales como:

  • Dolor en la cara, mandíbula o cuello.

  • Dolor alrededor, delante o en la oreja.

  • Dolor en ambos lados de la cabeza.

  • Dolor en un lado de la cabeza, que se activa al apretar los dientes.

  • Dolor en los músculos y/o articulación de la mandíbula.

  • Movimiento limitado o bloqueo de la mandíbula.

  • Rigidez en los músculos de la mandíbula.

  • Dificultad o molestias para masticar.

  • Un cambio en la forma en la que los dientes encajan entre sí.

  • Espasmos musculares alrededor de la mandíbula.

Los trastornos de la ATM también pueden provocar un chasquido o una sensación chirriante al abrir la boca o al masticar. Sin embargo, si no hay dolor o limitación de movimiento, es muy probable que la persona no necesite un tratamiento especifico.

Tratamientos específicos

¿Cómo tratamos la ATM?

El dolor en la mandíbula, puede desaparecer con poco o ningún tratamiento. El tratamiento puede pasar por la aplicación de simples prácticas, por ejemplo, ingerir alimentos blandos o aplicarse hielo. Pero también puede requerir el uso de analgésicos o dispositivos para colocarse en la boca.

 

  • Tratamientos conservadores
  • Planos de estabilización: Estos dispositivos sirven para desprogramar, modificar la estimulación sensorial, reducir la actividad y, por lo tanto, el dolor muscular que se produce por la constante presión mandibular.

La mayoría de los pacientes con DTM hacen tratamiento cervico cráneo mandibular ya que la ATM esta conectada con la salud de las cervicales y los dolores fasciales.